Historias de Ratones y Ratonas

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?: una semana, dos días… ésta misma mañana. Ultimamente -por suerte- respondo esta pregunta usando cortos márgenes de tiempo. Esto ocurrió hace un tiempo ya. Fue el 9 de marzo en «Mi habitación favorita«. Había quedado con @sevegancho. Nos conocimos en el LAB12/50, un evento organizado por La Colaboradora.

Quería que le ayudara a «visualizar» lo que él llamó la «Historia de los Ratones y las Ratonas»: una especia de árbol genealógico en el que mostrar las distintas ramas de los «Ratones». Por lo visto, todo surgió a raíz de subir un «mayo». Entre anécdota y anécdota, nos movimos por lugares como Epila, Villanoveta de Jalón y La Almunia de Doña Godina, llegando hasta el origen: el siglo XVII.

Cuando @sevegancho desplegó los rollos de papel sobre la mesa de más de 3m en la que nos habíamos puesto… «me creció hasta el pelo». Pero eso no fue lo peor: había tres más, y para más INRI, -como suele pasar en estos casos-, le corría prisa.

Estuve a punto de salir corriendo, pero el afecto personal que tengo a las gentes de La Almunia unido a la incomiable labor de recopilación y documentación, y por qué no decirlo…. -se trataba de una especie de reto-,  hizo que le dijera: haré lo posible.

Mi principal problema fue como trasponer 4 rollos de unos 4m  de largo por 50-60 cm de alto, a un papel de como mucho 2,5m de largo por 1m de alto. Debía calcular bien. No podía empezar a escribir y quedarme corto. Como casi siempre en estos casos, no había segundas oportunidades.

Como dice Austin Kleon: «está la pintura, el sustantivo y está pintar, el verbo». Quizás todo el mundo piensa más en el producto que en el proceso. En este caso, si me tengo que quedar con algo, me quedo con el verbo. Totalmente enriquecedor: forcé mi «croqueta»